® Berat Yardimci
Karpatos - Dodecanese Island (ENG)
July 15. Wednesday - Arkasa
You’re full of winding paths. You
look beautiful hill after hill; you have greenish deep blue eyes. Hopppp laaa
laaaaa Trilaaa laaaa .You draw a picture of natural wonders, painted in
multiple tones of green and blue.
® Berat Yardimci
You love the travelers in every inch of your
island; after all, they’re visiting you. In return, you give them the smell of
pine trees on the mountain roads. Among your macchia bushes, you blow dark
coffee dust into the island. You show the most natural color in your water. The
stones thrown into it create a dance of shadows and waves. And its color purifies
people’s heart.
In Kyra Panagia, a man paints the picture of a church with a
terracotta dome.
® Berat Yardimci
On our way, we come across Ms. Artemis. From Aperi, Othos, or
Piles; she lives in the middle of the mountains from one these beautiful
villages. She keeps us company, and we do the same to her. We keep talking and
talking, and we forget to drop her by the airport. We lose ourselves into the
long Turkish-Greek conversation. We talk about Alexis Tsipras, about Sultan
Suleiman’s canonical law; she explains us how much Greeks love Sultan
Suleiman’s series and other Turkish series whose names I’ve forgotten. At a
certain time, Miss Artemis talks about her husband, how he lost his life during
an eye surgery nine years ago. An error caused by the incorrect distillation of
a liquid. After losing her husband, this strong woman has been taking care of
their daughter and is now dealing with the challenge of educating a rebellious
15-year-older, and living with her the beauty of life itself. I think of my
father. When I was just a little boy he had an eye surgery, I can just remember
how hard it was for everybody but I can’t recall further details. My mom was
always telling how this though surgery destroyed my father’s entire psychology.
However, God forgave my father, He forgave us all. I decided not to say it out
loud, maybe what my father lost cannot compare to Ms. Artemis’ loss, and I
don’t want to fall from grace with her. Intense blue churches suddenly appear
in our way on each and every street of Karphatos. There are candles in all of
them, shining and burning with prayers or begging for forgiveness. Spotless,
pure and snow-white… just as Greek people.
We arrive at Olympus on July 16. Thursday. You’re a poem whose text is the water flowing
through the mountains. A bunch of different traditional colors paint your
houses beautifully with a fresh and clean smell.
® Berat Yardimci
Going deep into the alley,
slightly climbing up, the sound of a lyre coming from a tavern takes me to
Trabzon, Rize and Artvin; to the green high hills of the mountains by the Black
Sea. It’s almost the movement and melody from the Black Sea. Through the
window, we dive into a different world, a world with an indigo sky and a blue
sea, a world known as Greece. Olympus is
a poem written by the Mediterranean and Aegean intersecting hills. The women’s
hair here is very long, two or three inches below the waist. The long white
hair of this nice woman from one of the villages in Karphatos is one of the
most beautiful colors I’ve ever seen. Her hair dances with the breeze. I had
never felt this breeze or sensed this smell anywhere else before.
Shrubs, green
bushes and pines trees hit by the sunlight impose a sensation of happiness. The
fields in Karphatos make me fall in love with them. Karphatos, you’re the girl God chose for me to
marry.
® Berat Yardimci
Kárpatos - Isla del Dodecaneso ® Berat Yardimci
15 de julio. Kárpatos, estás llena de caminos
sinuosos. Luces hermosa colina tras colina. Tus ojos profundos tienen un color
verde y azul a la vez. Hoppp laaa laaaaa Trilaaa laaaa. Pintas un cuadro de
maravillas naturales, con múltiples tonos de verde y azul.
® Berat Yardimci
Amas a los viajeros
que se encuentran en cada centímetro de tu isla. Ellos te visitan y, a cambio,
tú les obsequias el olor de los pinos en los caminos de la montaña. Tus
arbustos de maquia exhalan polvo de café de su interior hacia la isla. Muestras
el color más natural en tus aguas. Cuando una piedra es arrojada en éstas, se
crea una danza de sombras y ondas. Su color limpia el corazón de las personas.
En Kyra Panagia un hombre pinta la imagen de una iglesia con un domo color
terracota.
® Berat Yardimci
En nuestro camino conocemos a la señorita Artemis. De Aperi, Othos o
Piles; ella vive entre las montañas de una de estas hermosas villas. Ella nos
acompaña y nosotros a ella. Hablamos y hablamos, y olvidamos dejarla cerca del
aeropuerto. Nos perdemos en la larga conversación turco-griega. Hablamos de
Alexis Tsipras, también de las leyes Kanun del Sultán Solimán; nos explica
cuánto adoran los griegos la serie sobre el Sultán Solimán y otras series turcas
cuyos nombres he olvidado. En un determinado momento la señorita Artemis habla
de su esposo, de cómo éste perdió la vida en una cirugía ocular nueve años
atrás. Un error provocado por la destilación incorrecta de un líquido. Después
de perder a su esposo, esta valiente mujer ha cuidado de su hija y ahora se
encuentra frente a la ardua labor de educar a una adolescente rebelde de quince
años, y vivir con ella la belleza de la vida misma. Pienso en mi padre. Cuando
yo era sólo un niño él tuvo una cirugía ocular; sólo recuerdo cuán difícil fue
para todos, pero no puedo acordarme de nada más. Mi mamá siempre estaba
diciendo que esta intrincada cirugía destruyó por completo la psicología de mi
padre. Sin embargo, Dios perdonó a mi padre, nos perdonó a todos. Decidí no
decirlo, tal vez lo que mi padre perdió no puede compararse con la pérdida de
Artemis y no quiero caer de su gracia. Iglesias de un azul intenso aparecen
repentinamente en nuestro camino, en todas y cada una de las calles de
Kárpatos. Hay velas en todas ellas, brillando y ardiendo con plegarias o
suplicando perdón en sus flamas. Pulcras, puras y cándidas… tal como las
personas griegas.
Llegamos al Olimpo el 16 de julio. Eres un poema cuyo texto
es el agua que fluye en las montañas. Un manojo de diversos colores
tradicionales pintan hermosamente tus casas con un olor fresco y limpio.
® Berat Yardimci
Adentrándonos
en un callejón, yendo cuesta arriba un poco, el sonido de una lira proveniente
de una taberna me transporta a Trebisonda, Rize y Artvin; a las verdes colinas
de las altas montañas cerca del Mar Negro. Es casi el movimiento y la melodía
del Mar Negro. Al otro lado de la ventana nos encontramos en un mundo distinto,
un mundo con un cielo añil y un mar azul, un mundo conocido como Grecia. El
monte Olimpo es un poema escrito por la confluencia de las colinas del Mediterráneo
y el Egeo. El cabello de las mujeres es muy largo aquí, dos o tres pulgadas por
debajo de la cintura.
® Berat Yardimci
El largo cabello blanco de esta agradable mujer de una de
las villas de Kárpatos es uno de los colores más bellos que he visto.
Su
cabello baila con la brisa. Nunca antes había sentido .
® Berat Yardimci